La agricultura orgánica no garantiza la seguridad alimentaria del país

La agricultura orgánica no garantiza la seguridad alimentaria del país

Carlos-Arevalo

Carlos Arévalo, presidente de la Asociación Peruana de Ingenieros Agrónomos tiene varias cosas que decir conforme nos aproximamos al desenlace de la elección presidencial. A continuación, la charla que sostuvo con Agraria.pe con respecto a varios temas de actualidad para el sector agrario y los puntos que, considera, debe trabajar el próximo gobierno.

Se habla mucho sobre el desarrollo de la agricultura orgánica, ¿considera que desde el Estado se debe aplicar una política de promoción de esta actividad?

Primero debemos hablar de biodiversidad. La candidata Keiko Fujimori plantea la defensa de biodiversidad, pero por ahora no hay nada que defender ahí porque hay una moratoria aprobada por el Congreso. El tema se debatirá cuando se haya cumplido ese plazo y nosotros como profesionales ingenieros sabemos que en algún momento se tendrá que admitir los transgénicos en el país porque es una necesidad. Lo hace Brasil y Argentina con el maíz transgénico. Ellos aplican la alta productividad y les resulta favorable. Para mí el concepto de transgénico tiene que aplicarse de forma paralela a una política de apoyo global a países que sufren hambre como los de África. Pero por el momento no hay razón para discutir el tema.

¿Pero se debe desarrollar en el país un amplio sector de agricultura ecológica para exportar a mercados extranjeros?
El término es más bien “producción orgánica”, lo que implica producir sin el uso de determinados productos como fertilizantes inorgánicos, entre los que se encuentra la urea, el fósforo, potasio, etc. Tampoco con pesticidas para controlar plagas y enfermedades. Hay instituciones privadas que hacen seguimiento de estos cultivos y certifican la producción orgánica. La política tiene que considerar que en el mundo hay preferencia y demanda por estos productos por el cuidado de la salud –sobre todo ante el incremento de enfermedades como el cáncer-, pero hay un lado negativo, y es que si todos producimos orgánicos qué consumirá la población interna. Los productos orgánicos son caros, la mayoría de consumidores no tendrían acceso y sería una producción destinada básicamente a exportación.

¿Hay algún caso de ejemplo donde eso haya sucedido ya?
Veamos el caso de la quinua. Una de las cosas que hizo el actual gobierno fue abrir espacios para producir en la costa cuando sabemos que la quinua tiene como nicho ecológico para producir en buenas condiciones la sierra peruana. Los productores de esa zona abastecían el consumo de todo el país, pero cuando se abrió el cultivo a la costa empezaron a aplicar pesticidas, abonos inorgánicos y lograron mayor rendimiento. Pero lo negativo es que las poblaciones que antes accedían al producto hoy ya no pueden por los altos precios que ha alcanzado. Hace poco se vio el caso de una devolución de 200 toneladas de quinua que habíamos exportado a Estados Unidos por uso de pesticidas, estoy casi seguro que si hacemos el análisis encontraremos que se trata de producción de origen de la costa peruana.

El Consorcio Agroecológico propone que el próximo gobierno declare territorios exclusivos para producción orgánica sobre los 2,500 metros sobre el nivel del mar. ¿Apoyaría esa propuesta?
En la sierra peruana hay una riqueza y variedad que es increíble, veamos el caso de la papa que tiene tres mil variedades. Es una propuesta importante, pero hay que ver qué productos hay allí, aunque no estoy de acuerdo con hacer producción orgánica de todos los productos, se puede establecer en ciertos pisos ecológicos con paltas, mandarinas, etc. El problema nuevamente es el precio que tendrán esos productos en el mercado. En el extranjero hay quien puede pagar 20 o 30 dólares por un kilo de esos productos, pero en nuestro país solo las clases altas podrían, ni pensar en las medias o bajas.

No sería la base de la seguridad alimentaria una política de ese tipo.
Cuando hablamos de seguridad alimentaria pongo de ejemplo la sierra peruana que alimenta a Lima, una población de ocho a nueve millones de personas. Los alimentos vienen la sierra de Junín, un poco de Huancavelica, Huánuco, Arequipa, y he visto que todos ellos usan abonos orgánicos, preparados por los mismos campesinos con estiércol, humus, que son abonos casi naturales y esa producción es la que llega al mercado de Lima. Cuando vas al mercado y pides una lechuga orgánica te cuesta casi el doble que una tradicional, todo porque está certificada por una empresa que cobra por el trabajo de garantizar que es una producción de ese tipo. Sin embargo ya en la sierra se aplican tradicionalmente abonos orgánicos que son preparados a bajo costo por los mismos agricultores.

¿Qué impresión le dejan los candidatos que disputarán la segunda vuelta electoral en cuanto a temas que afectan al mundo agrario?
Me preocupan dos temas especialmente. Lo primero es lo firmado por la candidata Keiko Fujimori con los mineros informales. Se está confundiendo la minería ilegal con la informal. La ilegal es la que está en zonas prohibidas, parques nacionales, zonas reservadas donde nadie puede adjudicarse concesiones. La minería informal en cambio está en áreas libres que no son reservas o está concesionadas y se han metido causando daño ambiental. Si se anulan las regulaciones que estableció el gobierno de Humala el problema va a complicarse mucho más. Recordemos que se están talando incluso bosques primarios, es decir, bosques vírgenes que nunca habían sido tocados por el hombre. Finalmente, la adhesión de Hernando de Soto, que tiene como misión formalizar la tierra, me causa extrañeza porque ha dicho que incluirá en la titulación del medio rural el subsuelo como en Estados Unidos. Pero el subsuelo es de todos los peruanos, no es lo mismo Estados Unidos que el Perú.

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